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LA BIBLIA Y EL ESPIRÍTU DE PROFECÍA LO PREDIJERON
HOY día podemos aprender mucho de los fracasos y errores del Israel antiguo.
Su propósito y misión era el de esparcir el verdadero conocimiento a todo el mundo, por precepto y por ejemplo.
Debían contrastarse las mentiras acerca de Dios, promocionadas por medio de las religiones paganas.
Aun cuando Dios los había apartado del resto de las naciones (“…es un pueblo que vive apartado, distinto de los otros pueblos” -Números 23:9, versión Dios Habla Hoy), distinguiéndolos como Su pueblo santo y peculiar, dándoles Su Ley Moral y Civil, ellos siguieron tratando de ser aceptados por las otras naciones que no conocían ni guardaban los mandamientos.
Repetidamente Dios le comunicó a Israel que no entrara en convenio o alianza con estas naciones paganas, pues esa asociación eventualmente haría que adoraran a otros dioses (Éxodo 23:32, 33; Deuteronomio 7:1-4).
▪ Tres Especificaciones.
Veamos estas tres especificaciones dadas por Dios a su pueblo, pero que no siempre fueron atendidas:
1.- El Gobierno de La Iglesia: (Nota: Israel constituyó la Congregación o Iglesia de Dios en el Antiguo Testamento (Hechos 7:38; Salmo 89:7) El orgullo egoísta, el deseo de ser aceptado y granjearse el aprecio humano, los motivó para que pidieran un rey visible para ser como “todas las naciones” (1ª Samuel 8: 5).
2.- Los Dirigentes Espirituales: El Israel antiguo no siempre siguió las ordenanzas divinas en lo referente al sacerdocio. El rey Jeroboam y sus hijos separaron a los levitas de su ministerio, con el objeto de ordenar sacerdotes a la manera de las naciones paganas (2ª Crónicas 11:14, 14; 13:9).
3.- La Adoración: Lo cual incluye: (1) ¿Cuándo Adoramos? Dios ordenó que el Israel antiguo observara el séptimo día, Sábado, como prueba de que guardaban Su Ley (Éxodo 16:4, 5, 20-28). (2) ¿A Quién Adoramos? De igual modo, se le ordenó que no adorasen a otros dioses para ver si amaban a Dios de todo corazón (Deuteronomio 13:3).
▪ El Gran Pecado.
Sin embargo, el gran compromiso y pecado del Israel antiguo no fue cuando aceptaron la forma pagana de gobierno (el tener un rey terrenal visible), aun cuando eso era malo. El gran compromiso y pecado no fue cuando introdujeron algunos ritos paganos en sus servicios de adoración (grutas, lugares altos, adoración a Tamuz, etc.), aun cuando esto era malo. El gran compromiso y pecado tampoco fue cuando excluyeron a los sacerdotes ordenados por Dios, para luego ordenar a quienes ellos quisieran, aun cuando eso era sumamente malo.
El gran compromiso y pecado del Israel antiguo fue cuando abandonaron al Único Dios verdadero, para adorar a los dioses falsos de las naciones paganas circundantes. Esto constituyó la raíz de su apostasía y rebelión.
“Dejaron a Yahweh el Dios de sus padres, que los había sacado de la tierra de Egipto, y se fueron tras otros dioses, los dioses de los pueblos que estaban en sus alrededores, a los cuales adoraron; y provocaron a ira a Yahweh. Y dejaron a Yahweh, y adoraron a Baal y a Astarot.” – Jueces 2:12, 13.
“Y me llevó a la entrada de la puerta de la casa de Yahweh, que está al norte, y he aquí mujeres que estaban sentadas endechando a Tamuz… y adoraban al sol postrándose hacia el oriente.” – Ezequiel 8:14, 15.
→ Es muy importante el TIPO de organización eclesiástica que tengamos.
→ ¿CÓMO ADORAMOS? es también muy importante.
→ ¿CUÁNDO ADORAR?, es extraordinariamente importante.
Sin embargo, ¿A QUIÉN ADORAMOS? es lo más importante de todo.
Al establecer esta prioridad, nos daremos cuenta de que:
- ¿Cómo Adoramos?
- ¿Dónde Adoramos?
- ¿Cuándo Adoramos?; y…
- ¿Por Qué Adoramos?
Son el resultado de nuestra percepción de:
- ¿A QUIÉN ADORAMOS?
▪ LA BIBLIA LO PREDIJO.
Repetidamente a Israel se le había indicado que hay un solo Dios verdadero en el universo, y que no debían adorar los dioses de las naciones paganas de los pueblos.
“Oye, oh, Israel, Yahweh nuestro Dios, Yahweh uno es… No andaréis en pos de dioses ajenos, de los dioses de los pueblos que están en vuestros alrededores.” – Deuteronomio 6:4, 14.
No obstante, en muchos casos su deseo de ser aceptados y amados por es-tas naciones, prevaleció sobre su amor por Dios y Su verdad.
De allí que, en diversas oportunidades, los hijos de Israel combinaron los conceptos acerca del verdadero Dios (monoteísmo = UN SOLO DIOS), con las filosofías paganas de sus dioses (politeísmo = MUCHOS DIOSES).
Esto lo hacían para ser más aceptados ante las naciones paganas. Aun cuando Dios les había advertido precisa y puntualmente, vez tras vez los hijos del Israel antiguo “fueron y sirvieron a dioses ajenos, y los adoraron, dioses a quienes no conocieron…” (Deuteronomio 29: 26.)
Al Israel antiguo también se le advirtió que, al morir el leal dirigente Moisés, los dirigentes corruptos habrían de incitarlos para adorar a los dioses de las naciones paganas.
“Y Yahweh dijo a Moisés: ‘He aquí, tú vas a dormir con tus padres, y este pueblo se levantará y fornicará tras dioses ajenos de la tierra adonde va para estar en medio de ella; y me dejará, e invalidará mi pacto que he concertado con él; y se encenderá mi furor contra él en aquel día; y los abandonaré, y esconderé de ellos mi rostro, y serán consumidos; y vendrán sobre ellos muchos males y angustias, y dirán en aquel día: ¿No me han venido estos males porque no está mi Dios en medio de mí? Pero ciertamente yo esconderé mi rostro en aquel día, por todo el mal que ellos habrán hecho, por haberse vuelto a dioses ajenos.’” – Deuteronomio 31:16-18.
▪ DIOS TAMBIÉN LO PREDIJO A TRAVÉS DE ELENA G. DE WHITE.
SORPRENDENTEMENTE, no sólo Moisés anticipó que Israel cambiaría su verdadero concepto de Dios, buscando adorar los dioses paganos, y que consecuentemente, alterarían toda su religión, sino que también resulta asombroso que Elena G. de White predijo que la Iglesia Adventista del Séptimo Día, la denominación que ella ayudó en su fundación a través de sus consejos provenientes del cielo, haría exactamente lo mismo.
El “Alfa”, o comienzo del cambio de dioses, empezó a surgir cuando aún ella vivía. Pero la “Omega”, o el final de este cambio, está casi finalizado y maduro al presente.
Elena G. de White predijo que después de aceptar el falso concepto “Omega” de Dios, el adventismo denominacional gradualmente se convertiría en un desprendimiento radical de la verdad, en tanto que seguiría reclamando ser la pura “Iglesia Remanente” de Dios.
Veamos sus predicciones en el libro Mensajes Selectos, vol. 1, págs. 233 [200 en inglés], 236-239 [202-205, inglés]:
“En el libro Living Temple se presenta el alfa de herejías mortíferas. La omega seguirá y será recibida por los que no estén dispuestos a prestar atención a la amonestación que Dios ha dado” (pág. 233).
“He sido instruida por el mensajero celestial de que parte del razonamiento del libro Living Temple [Templo Viviente] es malsano y que ese razonamiento descarriaría la mente de aquellos que no están plenamente establecidos sobre los Principios Fundamentales de La Verdad Presente. Introduce aquello que no es nada sino especulación en cuanto a la personalidad de Dios y dónde está su presencia. Nadie en esta tierra tiene derecho a especular sobre esta cuestión” (pág. 236).
“Living Temple contiene el alfa de esas teorías. Sabía que la omega seguiría poco después, y temblé por nuestro pueblo… Quizá haya en ese libro expresiones y opiniones que están en armonía con mis escritos. Y quizá haya en mis escritos muchas declaraciones que, tomadas aisladamente e interpretadas de acuerdo con el modo de pensar del autor de Living Temple, parecerían estar en armonía con las enseñanzas de ese libro. Esto puede dar un apoyo aparente al aserto de que las opiniones que hay en Living Temple están en armonía con mis escritos. Pero no permita Dios que prevalezca esa opinión” (págs. 237, 238).
“El enemigo de las almas ha procurado introducir la suposición de que había de realizarse una gran reforma entre los adventistas del séptimo día, y que esa reforma consistiría en renunciar a las doctrinas que están en pie como las columnas de nuestra fe y que había de comenzar un proceso de reorganización. Si se efectuara esta reforma, ¿qué resultaría? Los Principios de verdad que Dios en su sabiduría ha dado a la iglesia remanente serían descartados. Sería cambiada nuestra religión. Los Principios Fundamentales que han sostenido la obra durante los últimos cincuenta años serían considerados como error. Se establecería una nueva organización. Se escribirían libros de una nueva orientación. Se introduciría un sistema de filosofía intelectual. Los fundadores de ese sistema irían a las ciudades y harían una obra maravillosa. Por supuesto, se tendría poco en cuenta el sábado y también al Dios que lo creó. No se permitiría que nada se interpusiera en el camino del Nuevo movimiento. Los dirigentes ensenarían que la virtud es mejor que el vicio, pero habiendo puesto a un lado a Dios, resolverían depender del poder humano, que no tiene valor sin Dios. Su fundamento estaría edificado sobre la arena, y la tormenta y la tempestad barrerían la estructura. ¿Quién tiene autoridad para comenzar un movimiento tal?… Tenemos una verdad que no admite transigencias. ¿No repudiaremos todo lo que no esté en armonía con esa verdad?” (págs. 238, 239).
▪ ¿CUÁL ES LA DOCTRINA OMEGA?
La mayoría de los adventistas saben que la falsa doctrina “Alfa”, la cual fue expuesta en el libro “Living Temple” (El Templo Viviente) de J. H. Kellogg, presenta un cuadro “panteísta” acerca de la presencia y personalidad de Dios.
Sin embargo, la mayoría de los adventistas no saben, y muchos no desearían saberlo, que J. H. Kellogg también creía y enseñaba la doctrina de la Trinidad.
Los dirigentes espirituales, tales como G. I. Butler y A. G. Daniels (presidente de la Conferencia General) le suplicaron al Dr. Kellogg que abandonara su falsa doctrina trinitaria. Después que toda súplica por arrepentimiento resultara en vano, Elena G. de White hizo un llamado a todos los fieles adventistas para que se apartaran de J. H. Kellogg y sus asociados (Special Testimonies, Serie B # 7, pág. 64).
Durante estos acontecimientos, Elena G. de White predijo que la doctrina Omega sería de una naturaleza “más alarmante”.
Tenga presente esta solemne advertencia dada en 1904 cuando estalló la crisis Alfa:
“No os engañéis, muchos se apartarán de la fe prestando atención a espíritus engañadores y a doctrinas de demonios. Tenemos delante de nosotros el Alfa [nota: el comienzo] de ese peligro. La Omega [nota: el final de ese peligro] será de una naturaleza asombradísima.” (Mensajes Selectos, vol. 1, pág. 231; y, 198 en inglés).
William G. Johnson, ex-editor de Adventist Review [La Revista Adventista en inglés], confiesa que en el pasado ocurrió un cambio doctrinal en la denominación adventista.
Entérese por usted mismo:
“Algunos adventistas de hoy piensan que nuestras creencias han permanecido inalterables durante años, o tratan de detener el reloj hasta un punto cuando todo lo teníamos en orden. Pero todo intento por reconocer ‘el adventismo histórico’, ha fracasado en virtud de los hechos de nuestra herencia. Bajo el impacto de ‘la verdad presente’ se han ido modificando las creencias adventistas a través del tiempo. Lo más alarmante es la enseñanza acerca de Jesucristo, nuestro Salvador y Señor. Muchos de los pioneros, incluyendo a Jaime White, J. N. Andrews, Uriah Smith y J. H. Waggoner sostenían…[que] el Hijo, en algún momento antes de la creación de este mundo, fue engendrado por el Padre…El concepto trinitario de Dios, que ahora forma parte de nuestras creencias fundamentales, no fue sostenido por los pioneros adventistas. Hoy en día hay unos cuantos que aún no lo apoyan.” – William G. Johnson, Adventist Review, Enero 6, 1994, pág. 10.
¿Se dejó comprender?
Elena G. de White predijo la naturaleza alarmante de la “apostasía Omega”.
Y en el artículo ya citado de la Adventist Review [Revista Adventista], William G. Johnson admite que el cambio doctrinal “más alarmante” en la historia de los Adventistas del Séptimo Día lo constituye la aceptación de la doctrina de la Trinidad.
¡Usted lo acaba de leer aquí!
¡Una profecía se cumple ante sus propios ojos! ¿Será esto posible?… ¿Todavía lo duda?… ¿Desea Usted Seguir Siendo Parte de Dicho Cumplimiento?
El Israel antiguo “dejó a Yahweh el Dios de sus padres…y fueron tras otros dioses, los dioses de los pueblos que estaban en sus alrededores.” (Jueces 2: 11).
Resulta triste decirlo, pero verdaderamente la denominación adventista del séptimo día, ha hecho exactamente lo mismo.
Sin embargo, este nuevo dios no se llama “Baal”, “Astarot”, o “Tamuz”, como en los tiempos bíblicos, sino que nos referimos al “ídolo filosófico” actual, el cual se presenta bajo el simple rótulo de “Trinidad”.
Durante los últimos 107 años después de la muerte de Elena G. de White, la denominación adventista del séptimo día ha sufrido drásticos cambios doctrinales fundamentales, a fin de ser aceptada ante las otras denominaciones protestantes, y para no ser rotulada de “secta”.
El mayor y más significativo de estos cambios doctrinales es el concepto del Dios al que adoramos.
La Iglesia Adventista del Séptimo Día llegó a creer en un Dios Trinitario mucho tiempo después de la muerte de Elena G. de White.
Como resultado de este cambio doctrinal, la mayoría de los adventistas de hoy no perciben ni adoran a Dios del mismo modo como lo hicieron los pioneros de la denominación adventista.
Aún más sorprendente es el hecho de que los fundadores de la Iglesia Adventista no podrían ni siquiera ser miembros de la denominación actual.
Este innegable y probado hecho es el cumplimiento de la predicción.
Observe las declaraciones del profesor y autor, George R. Knight, ya retirado, de la Universidad de Andrews, el cual valientemente admite este hecho:
“Muchos de los fundadores del adventismo del séptimo día, no podrían unirse a la iglesia de hoy, si tuvieran que sostener las Creencias Fundamentales de la denominación.”
“Más específicamente, muchos no estarían de acuerdo con la creencia número dos, la cual trata de la doctrina de la Trinidad. Para José Bates, la Trinidad era una doctrina no bíblica. Para Jaime White, era ‘un viejo absurdo trinitario’, y para M. E. Cottrell, era fruto de la gran apostasía, junto con la falsa doctrina de la observancia del domingo y la inmortalidad del alma.” – George R. Knight, Ministry Magazine [Revista Ministerio], Octubre de 1993, pág. 11; Libro: Nuestra Identidad, cap. Uno, pág. 21.
¿Qué se puede esperar de una organización que afirme que sus fundadores no podrían ser admitidos en su membresía? Por ejemplo, si Cristo ya no puede ser miembro de la Iglesia Cristiana, la cual fundó (Mateo 16:18), ¿podría dicha iglesia todavía reclamar ser reconocida con el nombre de “cristiana”? ¡Absurdo!, ¿verdad? (Isaías 4:1.)
En pocas palabras, los dirigentes del adventismo denominacional actual reconocen que la Iglesia Adventista de hoy, no es la misma, en todos sus aspectos fundamentales, que la Iglesia que conocieron Elena G. de White y los demás pioneros entre 1844 y 1930.
Desde su mismo comienzo, la primitiva Iglesia Adventista no aceptó ni pro-mocionó la doctrina católica de la Trinidad. De ahí que, desde el mismo principio, el adventismo debió enfrentar y recibir una increíble presión por parte de las iglesias católicas y protestantes apóstatas. Si no se asociaba con dichas iglesias, sería clasificada y estigmatizada para siempre como “secta peligrosa” y no cristiana.
¿Por qué piensa usted que la Iglesia Adventista ya no está clasificada como “secta”? ¿Será porque los católicos y protestantes han sido más tolerantes y simpáticos hacia el mensaje adventista? ¿O, será porque ha cambiado el discurso lo suficiente como para granjear su aprobación y aceptación?…
Apreciado lector, con todo lo relatado hasta aquí, llegamos a las siguientes dos terribles y escalofriantes conclusiones:
- Si la doctrina católica y protestante de la Trinidad es bíblicamente correcta, y si los pioneros adventistas unánimente rechazaron esta enseñanza, fundacional y doctrinal, acerca de Dios y predicaron en contra, entonces los pioneros adventistas inadvertidamente estuvieron ayudando a Satanás en enseñar y promocionar mentiras contra Dios. Y si esto fuese cierto, este sólo hecho descalificaría al movimiento adventista para ser el cumplimiento del destino profético y su clasificación bíblica como “Iglesia Remanente”.
O,
- Si la doctrina católica y protestante de la Trinidad, en cambio, es bíblicamente incorrecta, y si los primeros adventistas estaban en lo cierto al clasificar la doctrina de la Trinidad como parte del “vino de Babilonia” (es decir, falsa doctrina), entonces este sólo hecho revelaría que el adventismo denominacional actual ha errado su misión y mensaje al mundo, se ha unido al catolicismo y protestantismo apóstata al proclamar las mentiras satánicas contra Dios, y ha perdido su clasificación de “Iglesia Remanente” de la profecía bíblica.
Observe esta amonestación del cielo, a través del Espíritu de Profecía:
“Los que tienen una oportunidad de oír la verdad, y sin embargo, no se esfuerzan por oírla ni comprenderla, pensando que si no oyen no serán responsables, serán considerados culpables ante Dios lo mismo como si lo hubieran oído y rechazado. No Habrá excusa para los que elijan caminar en el error cuando podrían haber entendido lo que es la verdad.” –Elena G. de White, Comentario Bíblico Adventista, vol. 7-A, pág. 262, col. der., párr. 3.
Le invitamos para que Ud. compare las declaraciones de 1872 y las que se presentaron a la feligresía en 1931 y 1980, y verifique los cambios doctrinales.
Si Ud. desea ambas copias [las declaraciones de 1872 y 1931], mándela a buscar, y con mucho gusto se la enviaremos gratis a vuelta de correo, o por vía electrónica a: pregon.news@gmail.com
Por otra parte, algunos argumentan que el tema de la “No Trinidad” no es tema de salvación. Pero, tal premisa es una falacia.
En primer lugar, si el tema de la divinidad no es tema de salvación, ¿por qué la denominación adventista actual lo ha clasificado como la creencia número dos, dentro de sus Creencias Fundamentales?
En segundo lugar, en el caso de que el argumento fuera válido, preguntamos: ¿Por qué, entonces, enfatizamos la Ley, la Mayordomía, la Salud?
La Ley no nos salva, ¿verdad? ¡Quien nos salva es Cristo! Sin embargo, la Ley sigue vigente para todos los hombres. ¡Por ella seremos juzgados! (Gálatas 3:24.)
Y, sin embargo, el tema de la Divinidad es indispensable para la salvación, según Juan 17:3.
“Esta es la vida eterna, que Te conozcan a Ti, el Único Dios verdadero, y a Jesucristo a quien has enviado.” – Juan 17:3.
Si “vida eterna” no es salvación, habría que re-escribir la Biblia.
Todas las doctrinas bíblicas son inspiradas por Dios, pero, sobre todo, si no sabemos a quién adoramos, todo deja de tener importancia.
Elena G. de White ha dicho lo siguiente:
“Miles tienen un falso concepto de Dios y de sus atributos. Están tan ciertamente sirviendo a un dios falso como lo hicieron los servidores de Baal.” –Elena de White; Review and Herald, 3 de Diciembre, 1908; Comentario Bíblico Adventista, vol. 7-A, pág. 37, col. der., párr. 3.
▪ UNA AMONESTACIÓN PROFÉTICA Y UN MOVIMIENTO RESTAURADOR EN EL ÚLTIMO GRAN CONFLICTO.
→ La Amonestación Profética.
“La gran apostasía, que se desarrolla e incrementa en forma creciente…continuará así hasta que el Señor descienda del cielo con aclamación. Debemos aferrarnos a Los Principios Originales de Nuestra Fe Denominacional y avanzar con fortaleza y fe crecientes…”
“Los últimos cincuenta años, no han empañado ni una jota ni un Principio de Nuestra Fe tal como la recibimos, con las grandes y maravillosas evidencias que nos dieron seguridad en 1844, después de transcurrida la fecha.” “Las almas que languidecen deben ser afianzadas y vivificadas por la Palabra de Dios… Ni una sola palabra ha sido cambiada o anulada. Fueron revelados los pilares y aceptamos Los Principios Fundamentales que han hecho de nosotros lo que somos: adventistas del séptimo día, los que guardan los mandamientos de Dios y tienen la fe de Jesús.” – Elena G. de White; Carta 326, del 4 de Diciembre de 1905, dirigida a W. C. White; Libro Matinal: Alza Tus Ojos [4 de Diciembre], pág. 351.
→ Un Movimiento Restaurador profetizado en el último gran conflicto.
“Este es un tiempo solemne y terrible para la iglesia. Los ángeles ya están ceñidos, esperando el mandato de Dios para derramar sus copas de ira sobre el mundo. Los ángeles destructores están por emprender la obra de la venganza, porque el Espíritu de Dios se está retirando gradualmente del mundo… Satanás hará enormes esfuerzos para obtener el dominio completo en el último gran conflicto.”
“Se sacarán a la luz Principios Fundamentales, y habrá que tomar decisiones con respecto a ellos. El escepticismo está prevaleciendo por todas partes. La impiedad abunda. La fe de los miembros de la iglesia será probada en forma individual, como si no hubiera otra persona en el mundo.” – Elena G. de White; Ms. 1a, 1890; Comentario Bíblico Adventista, vol. 7-A, pág. 423, columna derecha, último párrafo, y pág. 424, primer párrafo, col. izq.; y, Biblia de Estudio, pág. 445, comentario de Apocalipsis 12:12, col. izq.
Si Ud. desea saber dónde reunirse con Creyentes que mantienen las mismas enseñanzas acerca de la Deidad bíblica que fueron dadas a los primeros adventistas del séptimo día, incluyendo a Elena G. de White, Jaime White, José Bates, J. N. Andrews, J. N. Loughborough, entre otros pioneros adventistas, o si Ud. desea simplemente contactarnos, escríbanos a: pregon.news@gmail.com
¡Que Dios les bendiga!